
Naomi y Ely ( Ilai para los amigos que saben pronunciar chachi) son dos colegas de toda la vida que se aman con locura. Tienen un rollo de mierda muy raro porque parece que sean novios, pero lo único que quieren es casarse "como amigos" en un lugar secreto lleno de guirnaldas y luces de navidad fuera de temporada. Ella es una dramas de la vida a quien el destino le dio una patada en la cara cuando su padre decidió pirarse a jugar a los médicos con otra, que resulta que es lesbiana y que no es otra que la madre de Ely. Por si la relación entre los dos coleguis no podía ser más ideal, además de estar super buenos y caerle bien hasta el vagabundo que pide debajo de su casa, son vecinos y viven en un apartamento de NY de puta madre. Mientras ella se comía los mocos en el patio del colegio y él se aburría viendo como todos sus amigos levantarle la falda a las niñas cuando en realidad lo que quería era jugar a gladiadores, los dos hicieron una lista sagrada con los nombres de aquellos chicos a los que ninguno de los dos podría nunca besar y que a día de hoy, mantienen como un decálogo de la amistad que parece que les una por la cabeza, rollo siamés. Osea, que tienen una lista de mierda con nombres de tío a los que no les pueden comer el boquino ninguno de los dos, el colmo de la cursilería máxima.

Hasta aquí todo ideal de la muerte, vomitan arcoiris, hablan de cosas banales y, como no, van a tiendas de segunda mano a probarse trapitos "talla única". Pero el drama llega cuando al novio de ella no se le ocurre otra cosa que irse a casa de Ely a hablarle de lo mucho que le gustan los cómics de los X-Men, sabiendo que eso nunca falla. Qué pillo!
Y lo demás pues os lo podéis imaginar. Ella se indigna y llora por los rincones como la Zarzamora y le hace la cruz al pobre Ely, que como actor es un insulto a la profesión, pero tiene una tableta y un pelazo muy a lo Mark Vanderloo. Dejan de hablarse y ella, inevitablemente, se lía con Gabriel, que es un moñas y bien se lo demuestra grabándole unas cintas de cassette con sus canciones favoritas, a lo que ella se ríe en su puta cara llamándole antiguo, ósea vintage "porque eso es muy de los 90". A todo esto, ella continua siendo virgen, claro.
En general, es todo como muy molesto y hasta ofensivo, no hay quien se crea nada y lo peor es que la historia está tan manida que Jennifer Aniston bien podría reírse en su puta cara todo el rato asomando la cabeza desde cualquier esquina a lo troll. Si encima lo regamos todo con una banda sonora infumable de canciones indies que no conoce ni su puta madre y que no dejan de sonar hasta cuando están hablando, esta mezcla de tonterías convierte una película como "La boda de mi mejor amigo" en una obra maestra. Y lo peor es que la premisa ya era pésima de por sí, una lista de chicos a los que no besar...claro, que ella es virgen toda la peli, así que todo es mierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario