martes, 17 de octubre de 2017

XCONFESSIONS: A LAS TÍAS NOS GUSTA EL PORNO.


A las chicas nos gusta follar. Decimos que "nos tocamos" cuando queremos decir que nos hacemos pajas, y nos gusta el porno tanto como a los hombres. Que no lo aireemos a los cuatro vientos no significa que no seamos consumidoras de un producto popular y necesario como la pornografía, entre otras cosas, porque si eres un tío y ves porno eres un machote que sabe pasárselo guay, pero si lo haces tú, es que eres una cochina adoradora de Satán. Desgraciadamente, hemos pasado muchos ratos de nuestra vida tragando (nunca mejor dicho) con lo que se supone que es el estándar del porno, el “chupa, chupa que yo te aviso” y el “tranquila que sólo duele un poco”, haciéndonos cruces desde bien jóvenes, intentando vender nuestra alma al diablo a cambio de no ser desvirgadas por un Nacho Vidal de extrarradio.
Estamos hasta el gorro de ver cuerpos de mentira con tetas mal operadas y simios con tabletas de chocolate fruto de muchas horas de gimnasio y muy pocas horas de lectura, posturas rompe-espaldas y caras de sufrimiento que se alejan totalmente de lo que conocemos como placer. Porque aquí hemos venido a jugar, a pasarlo bien y a corrernos de gusto. Afortunadamente, de un tiempo a esta parte, la industria del porno cuenta con directoras que saben de sobra que el porno es machista y que por mucho que nos pongan mirando a cuenca, estamos hartas de fingir orgasmos.

Erika Lust, directora sueca afincada en Barcelona, es un referente para todas las mujeres que queremos disfrutar del sexo real sin arcadas. Muchos podrían pensar que su visión feminista se centra en mostrar sólo lo que a las mujeres nos gusta que nos hagan, utilizando al hombre como un objeto y empoderándonos hasta niveles insultantes. Algunos hasta podrán acuñar el término “feminazi” sin ningún tipo de sustento y es que de tontos está el mundo lleno. Nada más allá de la realidad. El único objetivo de sus películas es mostrar a las personas como sujetos de placer y no como objetos de deseo. No es tan difícil conseguir que se vea reflejado en la pantalla como dos, tres o cuarenta adultos se lo pasan bien y disfrutan del sexo, con caricias, besos y sonrisas sin tener que estar sufriendo por sus vidas y sus orificios. El placer es el objetivo final y el clitoris existe, no son los padres.



En XConfessions, Erika Lust retrata en pequeños cortos un sinfín de relaciones distintas: pansexuales, homosexuales, heteros…hasta en alguna de ellas podemos ver sexo con fantasmas y fetichismo con la comida. No hay cabida para los prejuicios, los cuerpos perfectos y las posturas sólo aptas para contorsionistas del circo del sol. Si un skater púber quiere follarse a tu madre lo va a hacer, si sueñas con enrollarte con una socorrista mientras te conviertes en sireno, va a pasar, igual que si fantaseas con hacerle una mamada a Don Draper metida en un ceñido vestido verde talla 50 a lo Christina Hendrix. 


10 Volúmenes conforman la saga de XConfessions y aunque no los he visto todos, sí tengo mis preferidos por su originalidad, detalles e historia, 5 de los cuales os dejo ahí abajo por si os pica la entrepierna. Y es que sí amigos, aquí hay historia, bromas, diálogos y un festival de realismo y cosas normales que hacéis en vuestras casas pero con muchos filtros, sin prisas y con sábanas oliendo a Mimosín. Y es que si en el siglo XXI aún os creéis la historia del butanero, por favor, dadme su número. 


Celebrar el día de tu aniversario en la habitación de un hotel, pedirle a tu novio que te diga cosas guarras y que nombre a tu hermana. Ya la tenemos liada. 
Poppy Cox / Dean Van Damme
2015






Te pone ver a un maromo montando los muebles de Ikea? Hazte dos litros de limonada, ponte un bikini y unas gafas de sol y a disfrutar del panorama. Y no te lo hagas mirar, es más normal de lo que parece. 
Carol Vega, Cristian Frei
2013







Móntate una fiesta con los colegas intelectuales y échalos a todos por muermos cuando el chico que te gusta se vaya al baño. Ahora entre vosotros sólo se interpone una isla de madera en medio de la cocina y el mejor de tu vibradores. 
Jesse Stryder, Sadie Lune
2016







Un obseso por Milo Manara da rienda suelta a su imaginación tras conseguir una copia de "The Art of Spanking”. 
Luke Hotrod, Carol Vega 
2014







Cuando la tierra está desolada y el agua es un bien escaso y preciado tienes dos opciones, luchar por ella a las buenas...o a las muy buenas.
Maria Riot, Luke Hotrod
2015








GuardarGuardar

miércoles, 27 de septiembre de 2017

JEM & THE HOLOCAUST


Si sois de los que habéis tenido una infancia macarra más allá de la muñeca Barbie, el Linea Directa y el Diseña tu moda, sabréis que la serie de Jem & the Holograms era lo puto más. Bueno, en realidad lo que más molaba eran sus archienemigas las Misfits, pero en esta peli no hay rastro de ellas, así que una x menos que despejar en la ecuación. Jem (Jerrica Benton) era como una Barbie ciclada con el pelo rosa y los ojos pintados como un mapache gay, a la que se le iluminaban los pendientes cada vez que se convertía en estrella de rock. Una mujer empoderada, empresaria de éxito y con un alter ego que llevaba de cabeza a su novio, quien a la vez era su road manager sin saberlo. La serie era una maravilla, con una trama digna de los guionistas de Perdidos, y más ochentera que Ana Torroja comprando calentadores en el Sepu. Y es que a falta de conocer a los Twisted Sisters, esos looks exagerados de leopardo y leggins fluorescentes le robaban a una el corazón y te hacían odiar la prenda favorita de tu madre y tu peor enemigo: el chándal de táctel aka chándal de yonki.

Y como el mundo del cine no tenía suficiente con una terrible película sobre Josie y las Melódicas, a alguien se le ocurrió que era buena idea que el director de G.I. Joe: La Venganza hiciese una adaptación al cine de la serie de Jem & the Holograms para fans de Hannah Montana con encefalograma plano y gentuza como yo. 
Vamos a resumir así a grandes rasgos este alarde de imaginación hecho película.


Jerrica (Jem en la intimidad) es una cateta pueblerina que vive con su hermana, su tía (Molly Ringwald) y 4 amigas en una casa de puta madre de la cual las van a desahuciar en breve. Las amigas de turno, de las cuales no se sabe muy bien si es que no tienen casa o es que las han largado antes de cumplir los 15, no parecen tener oficio ni beneficio y tampoco parece que tengan mucha intención de mandar su currículum al Ranstad yankie, pero se pasan toda la película con unos auriculares de mínimo 100 pavos colgados del cuello. A estas chavalas “ninis" les mola mucho cantar y están enganchadas a las redes sociales, por lo que se graban vídeos haciendo el mongol y disfrazándose con los habituales ropajes ochenteros, chaquetas con hombreras y pelucas que todos tenemos en el enorme garaje de nuestra casa de Alabama. Vamos que vienen a ser como una metáfora de los primeros ensayos con la banda de mierda que te montas con tus colegas pero cantando canciones de Demi Lovato vestida de Drag Queen.


A Jem le da un poco de corte lo de cantar porque es la típica mojigata que va de no haber roto nunca un plato y que no se pee para que no la oigan, pero una noche pilla una guitarra y se graba con intenciones de hacerse youtuber. 
No se sabe cómo, pero en dos segundos se maquea y se pinta como una puerta en un intento fallido de parecerse a Ziggy Stardust y se marca un plagio acústico de Regina Spektor que ni Justin Bieber con el Despasito. Su hermana, que es más lista que los ratones coloraos, le hace una putada muy gorda, cuelga el vídeo en youtube y en cerocoma tiene dos millones de likes y se ha hecho viral. Tiembla Dulceida. Como la tía lo está petando hasta en la deep web sin enterarse de nada, se pone en contacto con ella una representante musical de alta alcurnia que no viene a ser otra que Juliette Lewis con la cara más estirada que las cuerdas de una guitarra. Por supuesto, le ofrece el oro y el moro y se las lleva a ella y a sus amigas chupasangres a unos estudios de grabación en los Angeles que harían llorar al mismísimo Phil Spector. En menos de lo que tarda Miley Cyrus en liarse un peta, les pega un repaso y les deja bien claro que su look haría vomitar a una cabra y que necesitan un lavado de cara urgente para poder triunfar, porque ya se sabe que sin dos kilos de maquillaje y mucho autotune no vendes ni agua en una rave en los Monegros. Ojo con el mensaje de mierda que se quiere transmitir al público adolescente al que va dirigida esta peli, que tienen que tener un cacao mental de dimensiones épicas.


Como si fueran los Rolling Stones en un "todo incluido” en Punta Cana, el becario de la Lewis (un Rio Pacheco versión Quién quiere casarse con mi hijo?), las hospeda en la típica mansión de rockeros llena de guitarras y ¿harmónicas?…y entonces pasa una cosa que flipas y que se me había olvidado contaros. Resulta que el padre de Jem, inventor de profesión, antes de morir le regala a su hija unos pendientes horribles y construye una especie de robot inteligente llamado Sinergy. Si recordáis la serie y hacéis memoria sabréis que Sinergy era un ordenador-sintetizador dotado de inteligencia artificial que ayudaba a Jem y que se sincronizaba con sus pendientes para convertirla en “cantanta”, y no un híbrido mezcla de Roomba y un BB-8 Sphero made in China como el que aparece aquí. 
Tras esta aclaración y mi consecuente indignación por semejante profanación de la trama original, el robot empieza a proyectar imágenes raras, como si fueran las diapositivas de las última vacaciones de Jem y su padre en Santa Pola, junto a un holograma del mismo haciendo apología del DIY y un mensaje a lo fight for your right to party muy rancio. Y aquí es donde empieza la magia y el rollito positivo con el que te van a estar machacando hasta que llores pus por los ojos y te crezca una almorrana sangrante del tamaño de un melón.

Para agudizar el sufrimiento y recordarte que estás muy lejos de eso millennials que ayer te llamaron “señora” cuando fuiste a por el pan, toda la película está amenizada por videos reales (o eso parece) de youtubers creando y haciendo cosas super molonas a modo de metáfora, para que no se te olvide nunca que “el límite es el cielo” y que el espíritu de Mr. Wonderful te perseguirá junto a tus sueños hasta la tumba.

Como ya os podéis imaginar, a Jem le montan una gira de puta madre con conciertos secretos a lo Foo Fighters y le hacen firmar un contrato millonario y también secreto sin leer la letra pequeña, en el que el resto de la banda se va a tomar por culo a cambio de acabar convirtiéndola en una Lady Gaga del Bershka. Rencillas, que si “donde dije digo digo Diego”, ahora no respiro…lo típico que nos pasa a las mujeres tomando té con pastas con nuestras amigas de toda la vida. Pues imaginaos si te prometen que vas a triunfar más que Lydia en Eurovisión
Tras más vídeos con mensaje positivo de youtubers fracasados las aguas vuelven a su cauce, todas vuelven a ser amigas como si aquí no pasara nada, Jerrica pilla con el becario y todo es un festival lisérgico de rayos láser, purpurina y morreos aptos para menores en una actuación de Jem y "las otras" digna del Tomorrowland. Y tras casi dos horas de sufrimiento y ataques epilépticos ni rastro de las Misfits hasta que terminan los títulos finales, aparece la típica escena post-créditos de Marvel pero sin Nick Furia y piensas:

1. Acabo de peder años de vida y ganado dioptrías. 
2. Las Misfits mandan y no tu banda. 







GuardarGuardar

viernes, 22 de septiembre de 2017

UNA TERRORIFICA PUTA MIERDA.

Ivancillo Bigotes se incorpora a las filas de este incalificable blog para dar su más sincera opinión acerca de los truños cinemátográficos que tiene las tragaderas de ver en sus momentos de ocio. Y es que es digno de ser estudiado el que alguien con tan buen gusto para la vida en general tenga tan mal gusto para elegir como entretenerse en sus ratos libres. 

A ver cómo os lo explico. Es que estoy en Copenhague solo en un apartamento viejo donde suenan ruiditos por todas partes y tampoco me apetecía ponerme una de las chungas que luego me dejara acojonado, así que me he puesto a buscar y me he encontrado con Dracula: Untold. A ver, que ya lo sé, que tiene una pinta como para morirse, pero yo qué sé, sale Luke Evans haciendo de Drácula, así que digo, mira, igual me echo unas risas. Pero no. La cosa ha ido así:





La cosa empieza con Vlad el Empalador yendo de monte con los colegas, y todo bien hasta que entran en una cueva donde resulta que hay un vampiro, porque joder, es Transilvania y ahí es lo suyo. Pero resulta que en el s.XV Transilvania es un sitio tope chachi y Vlad es un tío majísimo y tiene una mujer estupenda y un hijo muy echao palante y son todos muy piadosos y todo les va genial, tía. Vale, pero también tienen ahí a los turcos, a quienes rinden pleitesía a regañadientes, tocando los cojones porque son muy hijos de puta, nivel “nos vamos a llevar a 1.000 críos a la mili, y el tuyo el primero”. Y que por otra parte, me parece que en el pueblo, 1.000 no los hacen ni juntando a los niños, los viejos y las cabras.



Total, que Vlad dice que gaitas, que a su niño y a su mujer no los toca nadie, y se carga a la comitiva turca al completo a golpe de mandoble ninja. Como se ve venir una buena por parte del sultán turco, que tiene aspecto de nini, Vlad decide ir a la cueva donde estaba el vampiro a que le convierta en superhéroe. El vampiro es un yayo que da una grimaza terrible, pero que a su manera es bastante majo. Total, que le da un período de prueba de ser vampiro durante tres días a ver qué pasa, si no le gusta luego tan amigos. Pero vamos, que mientras no beba sangre, que no pasa nada.
El Vlad Tepes, hecho un basilisco, se vuelve al pueblo y se carga 1.000 turcos a hostia limpia él solo. Este es uno de los momentos más graciosos de la peli. Después de eso le entran ganas de beber sangre, claro, y además la mujer va por ahí escotiflada todo el día, con lo que el hombre va entre palote y sediento y lo pasa muy malamente. Pero todo sea por salvar al pueblo y sobretodo a la mujer y el hijo.

Aligero, que es tarde. El pueblo entero se va a un monasterio en lo alto de un cerro donde es más difícil que los turcos metan mano, pero vamos, que llegan allí igualmente y Vlad los combate con la ayuda de millones de todos los murciélagos de los Cárpatos, pero en el fragor de la batalla le raptan al hijo y se cargan a la mujer, y de paso a casi todo el pueblo. Y claro, ahí ya nuestro héroe se cabrea, le pega un bocao a la parienta, se convierte en un vampiro con todas las de la ley y convierte también a los pobres desgraciados que habían sobrevivido para ir a liarla al campamento turco, donde se los cargan a todos, nini incluido y rescatan al chavalín, que casi acaba comido por los vampiros, también te lo digo. Y el final es muy bonito, que tiene sorpresa. Bueno, no es una sorpresa, pero vamos, que tiene un qué.



En mi modesta opinión, esta peli no hay por dónde cogerla. Me esperaba una cosa chunga, pero es que esto no tiene ni gracia. Es una sucesión de escenas a cada cuál más absurda que no tienen ni pies ni cabeza. Estéticamente es muy bonita, eso sí, pero vamos, que al final es una mezcla rara de 300, Batman, Astérix, y el Drácula de Francisfór, con lo que tampoco tiene mucho mérito. El Luke Evans se pasa toda la peli con la misma jeta. Bueno, todos los personajes son bastante planicos. Y los turcos dan mucha rabia todos, eso sí.

Si os mola el rollito épico en plan 300 y esas cosas, igual le encontráis el punto, pero tenéis que ser muy flipados para eso. Yo no me la jugaría. Y si os acaba gustando, no se lo digáis a nadie.


Me moló: 1/5
Nivel de canguelo: -8/5



GuardarGuardar